miércoles, 1 de febrero de 2012

Río

En el año 2009 hubo en Nuevo León elecciones para gobernadores y alcaldes. En esas elecciones, el ganador para gobernador fue Rodrigo Medina del PRI e Ivonne Álvarez para el municipio de Guadalupe, uno de los municipios que constituyen el “área metropolitana de Nuevo León”. Ese mismo año un proyecto se anunció: la unificación de una serie de parques. Estos parques están localizados todos en el lecho del único vivo río de esta área metropolitana: el Río La Silla.


Casi por esas mismas fechas, por pura coincidencia, sin importar las sospechas de las mentes negativas, se anunció que la alcaldesa y el gobernador apoyaban un proyectito de una empresa privada, Femsa, para construirle un estadio a uno de los equipos de futbol locales, los Rayados.
Además del único río vivo, el Río la Silla pasa por el único bosque DENTRO de la zona metropolitana: La Pastora. La Pastora es un zoológico y un gran parque que se pensó hacer como Chapultepec en el DF, pero que no llegó a mucho y comenzó a llenarse de la basura que la gente sumamente educada y culta arrojaba ahí.
Del estadio, pues cuento rápidamente: el municipio de Guadalupe a través de la autorización de la alcaldesa, le cedió el terreno a Femsa (recientemente aliada con Heineken, empresa que hace cervezas y refrescos, dueña de Oxxo,) en comodato por 60 años. Así nomás de cuates. Ante la inconformidad de la gente, entre ellos los vecinos de la zona, los medios de comunicación locales se encargaron de meter la idea de que el bosque La Pastora era un “foco de infecciones” y que iba a ser mejorado por Femsa casi en un acto de altruismo y ciudadanía. Y así todos comenzaron a pensar que lo mejor era hacer el estadio, y ni les cuento de todos los fanáticos futboles muy contentillos. Aquí les dejo unas fotos de La Pastora para que se den una idea.
Esa mancha verde que ven entre los montones de casas y edificios es La Pastora.

Aquí el “desmonte” de La Pastora para hacer el estadio.

Así van más o menos las construcciones en este mes (enero 2012).
*Estas fotos las pueden encontrar en el Facebook del estadio (Estadio de Futbol Monterrey).

Las repercusiones del estadio, además de la calidad del aire, del desplazamiento y muerte de animales y árboles que tenían mucho tiempo ahí, pues afecta al río La Silla y de eso es que les quiero hablar.
Desde hace un año he acudido a observar una parte del lecho del río, delimitada por lo que se llama “Parque ecológico La Silla”. Voy porque me gusta, además de estar en la computadora, allá afuera hay una vida que gusto de disfrutar y salir a pasear es una de esas cosas. Yo vivo muy cerca del río, he vivido aquí desde hace casi 26 años. Desde pequeña he visitado el río, sólo que aumenté la regularidad desde hace un año, y el paseo inicial fue devastador.


Les hablo con esta confianza y les cuento así porque me duele. Me duele muchísimo.


En el río viven sabinos enormísimos que adornan las orillas del río con sus gordas raíces, tortugas, sapos enormes, ranas pequeñísimas, peces de muchos tipos, patos, hormigas de distintas clases, una infinidad de insectos, serpientes, mariposas cebra y monarcas, garzas blancas, café y negras; pajarillos de pechos amarillos, auras, zopilotes, martines pescadores y más. También pastan caballos y cabras en el río, viven manadas de perros, gatos, tlacuaches, tejones. ¿Les parece poquito? Pues esto que les cuento es sólo lo que alcanza a ver mi ojo.
Hace un año y unos meses, a Nuevo León le pegó muy fuerte el huracán Alex, que se llevó calles, casas, negocios. Los montones de basura que arrastró el agua se fueron al río La Silla. Si bien estaba lleno y fluyendo saludable y furiosamente, al paso del tiempo el río fue secándose y la basura afloró.
Además, los desagües que no sé qué genio instaló en el río empezaron a contaminar más el agua pues los residuos caían directamente al río. El agua comenzó a estancarse y a oler a lo que huele el caño: a mierda y demás. Según algunas personas que laboran en el parque La Silla, los niveles de calidad del agua disminuyeron horriblemente. El agua era negra. Pero aun así la vida se mantenía hermosamente, y las mariposas y las libélulas hacían el amor y revoloteaban y los peces nadaban contracorriente.
Y entonces llegó a mi pedacito de río la máquina. Era hora de unificarlo con el resto de parques. ¿Qué implica esto? En el río no hay concreto ni caminitos para pasar. Hay que pisar el lodo, las piedras y raíces. Tampoco hay luminaria: si vas a visitar el río, es necesario hacerlo de día, con el sol, y regresar antes de que la oscuridad caiga. Porque a pesar de que está rodeado de casas y calles con luz mercurial, al río no llega la luz, los frondosos sabinos se encargan de mantener la oscuridad.
La máquina traía concreto, traía manos de hierro enormes para desgarrar y abrir la tierra y el cauce del río. Traía cambio para la comodidad del hombre. A causa de que las maquinarias pasan por el río (que no es muy hondo porque no ha llovido), el agua fue extendiéndose y secándose. Se acumularon lagunas con aguas olorosas, llenas de burbujas y agua, de color café oscuro. Los animales están muy intranquilos a causa del constante ruido y se han desplazado o muerto: casi no he visto últimamente vida que no sea la de los peces que sobreviven en lo que queda de agua saludable e insectos escondidos bajo las rocas.
No les he contado que en el río hay una especie endémica, es decir, que únicamente vive ahí y que está en peligro de extinción: el acocil regiomontano. Aunque lo he buscado porque quisiera hacer un programa para preservarlo, no he visto uno solo y vaya que busco y rebusco.
He encontrado tejones, patos y garzas muertos. He visto raíces de sabinos desgarradas.
He visto cómo el río disminuye, cómo la máquina avanza y no sé qué hacer. Hace unos meses organicé una limpia en el río. 20 personas que nunca había visto vinieron, así como mi familia, levantamos basura, sacamos llantas, triciclos, bicicletas, colchas, ropa, pedazos de coches, lámparas. Pero limpiar el río requiere muchas manos y mucho tiempo. Además, de nada sirve si ni siquiera hay botes de basura (sólo 3 o 4 en un área muy extensa) y en donde la gente no tiene el mínimo interés en su alrededor y tirar basura es la cosa más socialmente aceptada. Más socialmente aceptado es que se hagan obras así y nadie diga nada, nadie mueve un dedo y quienes como yo, queremos hacer, no tenemos recursos económicos para hacerlo. Porque es así, desgraciadamente, es necesario tener dinero para ser escuchado. Para pagar el transporte que me lleve a los montones de dependencias que entre una y otra se culpan y se lavan las manos para que me den un poco de información y respuestas.
He investigado qué papel juega la Comisión Nacional de Agua aquí, en el área que ellos denominan Cuenca del Bravo, pero la CNA le cedió a los municipios el cuidado y preservación de los ríos, así que me he pasado a joder. Mientras yo desespero y espero, el río va muriendo. De pronto se me ocurre que Femsa quiera el agua del río.
De pronto se me ocurre que nos creemos dueños de todo, el planeta incluido. Y que la única manera que sabemos para reclamar lo que creemos nuestro es destruyéndolo, como hacemos con los animales y plantas y todo lo que nos rodea, incluso con nosotros mismos.
Escribo esto para poner de mi parte: informar. Pero también para dejar abierta la posibilidad de que alguien sepa otras estrategias y que tenga otras propuestas actúe. Comuníquense conmigo, hablemos.
No soporto la idea de que haya niños por ahí que no sepan qué se siente hundir los pies en la corriente del río, con su agua fresca, y que los pececillos se acerquen y mordisqueen la piel muerta. No soporto que haya ojos que no hayan visto a un martín pescador abalanzarse en picada sobre un pez. No soporto que haya pies que no se hayan descalzado en la arena del río. No soporto que haya pasos que no caminen por las gruesas raíces de los sabinos. No soporto que haya cuerpos que no se hayan mojado con esa agua dulce y bondadosa. No soporto que los bebés sólo conozcan el canto de las urracas y las palomas, cuando las garzas revolotean y los pájaros entonan melodías indescriptibles. No soporto que haya manitas en donde no se haya posado una mariposa monarca en un acto de mero azar.
Desde las lágrimas y con todo el corazón pido ayuda. No me dejen sola. No nos abandonemos más. Dejemos de ser egoístas. No dejen al río solo.
Atentamente,

Sara Luz Sánchez Chávez

Las siguientes fotografías son algunas imágenes del mal estado del río. Otras, de la belleza que hay en él, de su fauna y flora. Aquí sólo hay unas pocas de las miles que he tomado. Quien tenga interés en ver más, con todo gusto les paso todas.











































Aquí van algunas de fauna y flora.

































5 comentarios:

  1. Muy cierto todo lo anteriormente expuesto. Gracias por este esfuerzo tan grande por documentar gráficamente , el error de construir ahi el estadio. Gracias de nuevo. Soy una persona que he crecido en la zona sur , muy cerca del Cerro de la Silla, y me entristece ver la destrucción de este ecosistema.

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  2. Gracias por leer, por comentar. Algo va a pasar, de eso estoy segura. Un abrazo :)

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  3. Seria importante canalizarlo a las autoridades competentes y presente su denuncia ciudadana ante la PROFEPA, señale un domicilio para oir y recibir notificaciones
    Dirección:
    Av. Benito Juárez y Corregidora, Palacio Federal 2° piso, Col. Centro, C.P. 67100, Cd. Guadalupe.

    Teléfonos:
    01(81) 83 55 11 02
    01(81) 83 55 50 44
    83 54 98 06 (Fax)

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  4. Si, algo tiene que pasar. Por el bien de todos.

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  5. alguien tiene que hacer conciencia de esto si no lo hace el gobierno minimo nosotros como ciudadanos se que esto genera fuent de trabajo pero como destruir lo que por años ha ayudado al planeta cuantas veces nos explicaron que los arboles dan oxigeno y que respetemos los ligares que no son de nosotros como nuestra propia casa y que hacemos destruir lo poco que nos queda y que soy Rayada de corazon pero no por eso se dice que apoyo destruir lo poco que nos queda

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